Alemania se convierte en el mayor acreedor del mundo, superando a Japón tras más de tres décadas

Fecha 22 de mayo de 2025 Comentarios 0

Aunque el debate económico suele centrarse en indicadores como el PIB, la deuda pública o el empleo, existe otra métrica de gran importancia que a menudo pasa desapercibida: la posición de inversión internacional neta (PIIN), que refleja si un país es prestamista o deudor frente al resto del mundo. En este ámbito, se ha producido un hito histórico. Alemania ha adelantado a Japón como mayor acreedor mundial, una posición que el país asiático mantenía desde 1991.

Según los últimos datos difundidos por el Ministerio de Finanzas japonés, Japón alcanzó en 2024 una posición acreedora neta de 533,05 billones de yenes (alrededor de 3,28 billones de euros), marcando un récord en su historia. Sin embargo, esta cifra se ha quedado por debajo de los 3,5 billones de euros en activos netos que acumuló Alemania a finales del mismo año, según Eurostat.

Este cambio se ha visto impulsado por varios factores. Aunque la caída del yen elevó el valor de los activos exteriores de Japón denominados en divisas extranjeras, el crecimiento del valor de los activos internacionales en manos de inversores alemanes ha sido más pronunciado. Además, Alemania cerró 2024 con un superávit por cuenta corriente de 248.700 millones de euros, muy por encima del superávit japonés, que fue de 29,26 billones de yenes (unos 180.220 millones de euros). Ambos datos, no obstante, representan máximos históricos.

La posición de inversión internacional neta mide la diferencia entre los activos que un país posee fuera de sus fronteras y los que los extranjeros tienen dentro de él. Esta diferencia se ajusta por los movimientos de los tipos de cambio y los precios de los activos financieros. En términos prácticos, Alemania posee más inversiones extranjeras (en acciones, bonos, inmuebles, etc.) que extranjeros tienen inversiones en Alemania, y la rentabilidad de estas inversiones ha sido, en promedio, superior.

Para entender la importancia de este fenómeno, pensemos en la economía alemana como una gran cartera de inversiones en el extranjero que le proporciona rentas anuales en forma de dividendos, intereses y alquileres. Gracias a ello, los alemanes reciben cada año ingresos equivalentes al 4% de su PIB, lo que mejora su bienestar sin necesidad de aumentar la producción nacional.

Alemania lleva años generando grandes superávits exteriores, lo que le ha permitido acumular una posición financiera internacional muy fuerte. Actualmente, su PIIN equivale al 81% de su PIB, un dato que demuestra su creciente papel como financiador global.

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