Ley Crea y Crece
10 de octubre de 2022 0
El pasado 29 de septiembre se publicó en el BOE la Ley Crea y Crece – Ley 18/2022, de 28 de septiembre, de creación y crecimiento de empresas. Con esta ley se introducen una serie de modificaciones que persiguen reducir el riesgo del impago en las relaciones comerciales.
La primera modificación afecta a la ley de lucha contra la morosidad (Ley 3/2004) y ha consistido en la imposición de una serie de obligaciones de información a todas las sociedades. Con estas obligaciones se quiere que los operadores económicos puedan tener un conocimiento mayor sobre la conducta de pago que puedan tener todas las empresas con las que se vayan a relacionar frente a sus proveedores. Este conocimiento se consigue imponiendo a las compañías la obligación de indicar expresamente en sus Cuentas Anuales (en la memoria) cuál es su período medio de pago a proveedores.
Para el caso de sociedades cotizadas, este deber informativo aumenta pues se les exige que informen de: (a) su período medio de pago a proveedores, (b) el volumen monetario y número de facturas pagadas en un período inferior al máximo establecido por la normativa de morosidad (60 días) y el porcentaje que suponen sobre el número total de facturas y sobre el total monetario de los pagos a sus proveedores. Además, deben publicar esta información en la memoria de sus CCAA y también en su página web.
Asimismo, en sociedades no cotizadas que no presentan Cuentas Anuales abreviadas (es decir, que al menos cumplen 2 de 3 de los siguientes requisitos durante 2 años seguidos: facturación superior a 8 M €, más de 50 trabajadores y partidas de activo superiores a 4 M €) se exige el mismo tipo de información que para las sociedades cotizadas, si bien la información debe estar solo en la memoria de las Cuentas Anuales, no es preciso por tanto publicarla en la web.
Hay que destacar que no se ha establecido una sanción directa por incumplir con este deber informativo, o por lo menos de momento. Sin embargo, sí se ha previsto que a través de la creación de un organismo denominado Observatorio Estatal de la Morosidad Privada, se publique anualmente el listado de empresas que incumplan con los plazos de pago establecidos en la ley de morosidad. Lo anterior, siempre y cuando la empresa morosa se encuentre en las estas circunstancias:
- Que a 31 de diciembre del año anterior el importe total de facturas impagadas conforme a los plazos de pago de la ley de morosidad supere los 600.000€.
- Que el porcentaje de facturas pagadas por la empresa en un periodo inferior al plazo máximo fijado por la ley de morosidad sea inferior al 90% del total de las facturas.
- Que se trate de sociedades que no puedan presentar cuenta de pérdidas y ganancias abreviadas (es decir, empresas con un activo superior a 11,4 M€, con una cifra de negocios superior a los 22,8 M € y con al menos 250 trabajadores).
Aunque estas medidas sean positivas, se echa en falta que las mismas solo se dirijan de forma efectiva frente a empresas deudoras de gran tamaño. En efecto, la PYME de pequeño volumen (las que presentan CCAA abreviadas) o la microempresa no se verá afectado por las mismas. De entrada, no están obligadas a auditarse, por lo tanto, dependerá exclusivamente de su buena voluntad que la fecha de pago a proveedores que se contenga en sus memorias de CCAA respondan a la realidad o no lo hagan. Por otro lado, aunque incumplan con los plazos de pago previstos en la ley de morosidad, no saldrán publicadas en ningún listado.
En nuestra opinión, consideramos que este tratamiento de doble rasero en función del tamaño del deudor es un error y causa un perjuicio injustificado para el acreedor. Sin embargo, del mismo modo que el legislador no modera sus sanciones tributarias en función del tamaño del moroso tributario, tampoco debería hacerlo en el ámbito de las relaciones privadas comerciales.
Se trata de incumplimientos legales en cualquier caso y merecen el mismo tipo de reprobación sanción ante un incumplimiento. Hubiera sido de agradecer un tratamiento unitario de las situaciones de morosidad y que además se hubieran impuesto multas o sanciones adicionales a las empresas morosas, para incentivar en mayor medida el cumplimiento de los plazos de pago previstos en la ley de lucha contra la morosidad (Ley 3/2004).
Otras medidas previstas en la Ley Crea y Crece para combatir la morosidad se refieren al ámbito de los contratos del sector público (introduciendo competencias de control y sanción por parte de las Administraciones Públicas para verificar que sus contratistas cumplan con los plazos máximos de pago en su cadena de subcontratación) y al de las subvenciones públicas (exigiendo a los solicitantes de ayudas superiores de 30.000€ la acreditación de cumplir con los plazos de pago previstos en la ley de morosidad).
Como última medida prevista en la Ley Crea y Crece para combatir la morosidad, se prevé la exigencia de facturación electrónica para todos los empresarios y profesionales. El legislador prevé de este modo mejorar la trazabilidad en los pagos y por ende combatir de forma más efectiva las situaciones de impago (aunque no se dice cómo). Esta medida todavía no ha entrado en vigor, está pendiente de desarrollo reglamentario y queda condicionada, además, a la efectiva “derogación” de la Directiva del IVA.
Categorías: Legal
Acerca de Elena Melon Crispín
Directora jurídica de Cobro Ágil y CEO de Alter Lex Abogados y Asesores.